Queremos aprovechar este día para "agradecer a todos los escritores y escritoras el convertir las palabras olvidadas en palabras únicas" Para celebrarlo, os dejamos este vídeo y el texto del pregón y la imagen realizados por el escritor Alejandro Palomas y el ilustrador Manuel Marsol, con motivo de la celebración del Día de la Bilblioteca este año.
“Como Mary Poppins, pero sin volar”

Mi tía se llama Nuria y desde niña sufre mucho de la vista. Aun así, trabajó durante décadas fomentando el amor por la lectura en hombres y mujeres, chicos y chicas a los que no conocía, pero cuya mirada no tardó en aprender a leer, a identificar y a descifrar. Ella decía -y a veces dice todavía- que “repartía refugio”, y se emociona al recordarlo. La he oído también confesar en algunos momentos de nuestra historia común, que no fueron fáciles y que vivimos juntos: “Decidí ser bibliotecaria porque así me aseguraba de que, por muy mal que nos fueran las cosas, aunque faltara el agua caliente o la calefacción, siempre tendríamos un libro en casa”. Ahora, quince años después de su jubilación, soy yo quien le recomienda lecturas. Leemos un libro a la vez y nos juntamos cada quince días a coomer y a comentar lo leído, en lo que hemos bautizado como “El club de las 2”, porque intentamos en lo posible que coincida con el día 2 de cada mes, a las 2, y porque somos dos almas lectoras que no tienen freno. Durante estos años de club, ella me ha contado cosas, muchas cosas de su vida en la biblioteca, y desde que la oigo hablar como lo hace sobre su amor por esa vocación, que no decrece a pesar del tiempo, no puedo dejar de maravillarme y de preguntarme cómo definiría yo a una bibliotecaria -o a un bibliotecario- llegado el caso.
Hasta hace unos meses no di con la respuesta.
Fue a raíz de la publicación de Un hijo, durante una charla en un centro de enseñanza de una capital andaluza. Y fue precisamente gracias a un niño de diez años que, junto con otros 1OO, había leído la novela y quería conocer a su autor. Por motivos de espacio, el acto tuvo lugar en la biblioteca del centro, con un par de profesoras y la encargada de la biblioteca. La charla fue muy intensa, mucho más de lo que yo esperaba, y se alargó. Cuando por fin llegamos al final del turno de preguntas, un niño que estaba sentado en la primera fila levantó la mano.
-A mí lo que más me ha gustado del libro es María -dijo refiriéndose a la orientadora del centro, que es, junto con el pequeño Guille, la protagonista del libro.
Quise saber por qué. El niño, llamado Ismael, se rio un poco y luego, mirando a una de las tres mujeres que estaban junto a la puerta. dijo:
-Porque es igual que la seño Lourdes. -Una de las tres mujeres que estaban junto a la puerta se encogió un poco y negó con la cabeza, incapaz de reprimir una sonrisa. Ismael no había terminado-. Vive en la biblioteca porque si no los libros a lo mejor se van. O se mueren.
Se hizo el silencio en la biblioteca. Nadie se rio. Nadie dijo nada. Fueron segundos llenos de respiraciones contenidas, de tensión y de infancia.
-Es que es bibliotecaria -volvió a hablar Ismael. Y al ver que yo lo miraba sin saber qué decir, debió de entender que necesitaba explicarse mejor, y añadió-: O sea, como Mary Poppins, pero sin alas.
Hoy es un día especial. Celebramos el Día de las Bibliotecas y celebramos también que cientos, miles de Mary Poppins sin alas velan por los libros que las habitan para que no se mueran ni se vayan, e Ismael siga creyendo que la vida está en los libros y su reflejo fuera. Hoy es el día en que, un año más, la magia se renueva y todas las bibliotecarias y bibliotecarios del mundo se saludan con una mirada cómplice y un largo. hermoso y tierno:
“Supercalifragilísticoespialidoso”.
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